Muchas veces me he preguntado qué recóndito chip es el responsable de las migraciones de los animales. Dónde y cuándo se origina la loca inkietud de partir hacia otro lugar, hasta q ya es una necesidad, y por qué ese lugar y no otro, y por qué siempre el mismo lugar y no otros.
De los muchos deseos q tengo, uno muy fuerte es el de coincidir con estas joyas aladas; partir para Méjico y entrar en un bosque tomado por las mariposas. Quedarme muy kieta, dormir incluso rodeada de mariposas, sentirlas cerca, sobre mí, a mi lado, sin q me teman ni me cuestionen. Ha de ser muy hermoso estar rodeada de tanta belleza. Y después volver a casa, sin q nunca se me olvide ni un instante de los pasados entre millones de frágiles alitas, sin q (por esta vez) se me olvide nada.
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