jueves, 31 de diciembre de 2020

Nochevieja


 

jueves, 24 de diciembre de 2020

Nochebuena


 

Cuando transcurra el tiempo y (si estoy todavía) alguien me pregunte por la Navidad de este año, le diré que fué muy rara, con las ciudades llenas de luces, como si nada pasara, y muchos corazones ahogados de soledad y tristeza, porque sí que pasaba. Les contaré del miedo y la distancia, de la miseria moral de algunos, de la enorme grandeza solidaria de otros. Les hablaré de la oportunidad que perdimos de ser mejores, de los que se quedaron en el camino, miles; del esfuerzo y las lágrimas. De la esperanza.
Y les diré que, a pesar de la incertidumbre, quisimos seguir amando. Porque lo único que nos salva es el amor.
Aunque sea manido y recurrente, procurad ser felices esta extraña Navidad. Es lo que os deseo, desde mi corazón.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

...


La persona
más próxima
a mi
eres tú
a la que
sin embargo
no veo
hace tanto tiempo
más que en sueños.

Ernesto Cardenal

viernes, 18 de diciembre de 2020


 


Agranda la puerta, padre,
porque no puedo pasar;
la hiciste para los niños,
yo he crecido a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta,
achícame, por piedad;
vuélveme a la edad bendita
en que vivir es soñar.

Miguel de Unamuno

sábado, 12 de diciembre de 2020

...


 

En las noches de invierno, las estrellas se asoman hasta el borde de su cielo y miran hacia abajo, a nuestro pequeño planeta azul. Contemplan los árboles, la hierba, la hojarasca. Y les gusta tanto nuestro confuso mundo, que quisieran tener manos para acariciarlo. Entonces las estrellas se estremecen en sus galaxias de colores magníficos, tiemblan y se desperezan, y se desprenden de partículas de luz impolutas, leves, brillantes, que caen sobre la tierra como un manto de ternura. La gente lo llama escarcha. Pero yo sé que es amor.

martes, 8 de diciembre de 2020

Por qué cantamos


 

Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos
si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos
si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por qué cantamos
cantamos porque el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos
cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota
cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.
cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta.

Mario Benedetti

domingo, 6 de diciembre de 2020

Hombre viejo


 

¿Dónde están los recuerdos que traje?
Mis hijos se fueron;
los sueños se extinguen;
los versos que leí
duermen bajo tierra.

Veneraba tus labios,
tu cadera rubia,
y así es como te conocí:
abrazándome por la espalda,
iluminando con besos
el temblor de mi rostro.

He sufrido todo lo que Dios consiente
y al morder el filo de tu boca,
fue tu silencio de cobre
mi tardía inspiración:
como cuando el dolor
ensombrece los álamos
y las fuentes,
y en mi corazón de hombre viejo,
expulsado del edén,
solo me queda tu piel
para naufragar.

Miguel Paz Cabanas.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Testamento vital


 

Dejo a todos mis versos si es que os sirven de algo,
mis pecados peores que os llevarán al cielo
donde moran los ángeles caídos y las ángeles
que nunca respetaron el sexto mandamiento

Os dejo las promesas que jamás he cumplido, 
cuatro sueños frustrados, pendientes todavía,
algunas esperanzas que dejé abandonadas
y el deseo de un cuerpo en mis noches vacías.

Y a todos, todos, dejo el brillo de la luna,
la angustia de los lunes y el miedo a un Dios de cólera.
Os dejo la manzana del Edén y mi odio
al dolor de los niños. Y dejo mis caricias
a los hombres que fueron derrotados conmigo.

Os dejo, pues, mi rabia frente a lo que es injusto,
también mi cobardía y mi miedo ante aquellos
que compraron por nada mi silencio más cómplice. 
Y ganaron con trampas mi vida en el tablero.

Os dejo mi tristeza. Cuidadla con cariño.
Y el recuerdo de largos paseos en la noche,
de tardes de noviembre y playas en verano,
de esos trenes nocturnos y frías estaciones, 
y esta extraña nostalgia por los puertos con niebla.

Os dejo la añoranza de un verano en Lisboa,
el olor de la hierba cuando llueve en el pueblo, 
esa belleza mágica de los cielos con nubes.
La luz de una farola y una calle desierta.

A los que me ofendieron les dejo mis ofensas.
Y a mis amigos dejo esos bares de barrio
que nos dieron el vino y el pan de la amistad.
A ti, solo a ti dejo, la dicha que te debo,
las noches más hermosas y este amor, viejo amor.

Rodolfo Serrano


martes, 1 de diciembre de 2020

Diciembre


 

Comienza el último mes de un año que nos ha conmocionado y sacudido como nunca. Diciembre siempre fué un mes especial, cierre del año, a veces afortunado. El tiempo de la Navidad y los niños, de los reencuentros y de una alegría más o menos cierta.
Si la Navidad ya estaba marcada de tristeza, esta será tremenda para muchas familias. Este año van a faltar miles de personas, arrebatadas por esta pandemia de pesadilla. Aún así, con el reclamo del encendido de unas luces carísimas e innecesarias, la gente se echa a la calle en manada, bien amontonados, como si no pasara nada.
Somos frágiles e insensatos. Hemos perdido el sentido de la realidad.
Diciembre empieza y se irá. Cuánta gente se marchará con él? La respuesta, en nuestras manos.