De repente, el pekeño arbusto q parece seco amanece pintado de motitas verdes y, al poco tiempo, se vuelve loco y empieza a regalar estas flores de color delicado y aroma maravilloso. Yo asisto embobada al milagro cada año, recobro la fe en el ciclo de la vida y agradezco tener ojos y nariz y manos, porq nada es comparable a la ternura y la belleza q, cada primavera, me regala el arbolito q se fingía muerto.
Comparto desde aquí mis poemas con vosotros. Deseo que aniden en vuestros corazones, que sean bálsamo o elixir. Podéis llevarlos a otro lugar si os apetece, pero, por favor, citad su procedencia y a quien los escribió. Gracias.
Las imágenes de este blog son propias o pescadas en la red. Cuando sé la autoría, siempre la cito. Pero si ves alguna tuya y no quieres que esté, sólo dímelo y la quitaré.
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