Apenas acaba de empezar agosto, y yo ya siento que el verano se termina.
Es algo extraño. Quizás se deba a alguna hoja seca que el viento ha traído a mi terraza, o a este anhelo de rojos y cobrizos en los árboles, no sé.
Pero casi puedo notar al otoño navegando por mi sangre, acomodando la vida y la luz, esa luz dorada de las tardes de octubre.
Hermosa imagen. Beso
ResponderEliminarBesico para ti, hanna.
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