Te contaré mi historia, quizás, una mañana
mientras cae sobre el suelo la luz recién abierta
y los árboles bailan despacio y suavemente
con sus ramas cargadas de sueños y cuchillos.
Te contaré mi historia como si fuera un cuento,
sin dragones, ni brujas, ni princesas cautivas
solo el goteo lento de lágrimas saladas
y una voz que se quiebra como rama de olivo.
Sara Royo
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