Queridos Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Este año no sé si he sido buena. Creo que a veces lo he intentado; otras, ni eso. Pero es cierto que no siempre me he portado mal, incluso ha habido ocasiones en las que he estado estupenda y rayando lo genial, aunque no estoy muy segura de si eso es ser buena. Como ya me conocéis desde hace tanto tiempo no voy ahora a entrar en detalles de mi carácter, esto es lo que hay. Así que os escribo mi carta, como todos los años, y este no la quemaré después para que os llegue pronto vestida de humo, sino que la pienso dejar a la vista de los demás, a ver si eso os presiona y, por una vez me traéis todo lo que pido, que ya está bien, la torta de tiempo llevo, y no hay manera.
Sin pretender ser original, primero os pido salud para los míos y para mí. Que las revisiones de ese hombre mío digan que no hay cáncer, que mis hijos sigan buenos y sin sustos, que mis amigos superen sus cosillas y que yo tenga la suficiente para estar ahí, al pie del cañón si hace falta, porque no me puedo permitir no estarlo.
En otro alarde de creatividad, os pido, necesito, trabajo. Yo, por ahora, voy servida. Pero mi hijo necesita un curro decente ya, necesita un horario, una rutina, unos ingresos fijos para que pueda seguir con su vida y tener la vivienda y la familia que tanto desea; necesita sentirse feliz consigo mismo, importante, necesario. Estaría genial que mi hija empezara pronto a trabajar también, aunque su caso me preocupa menos. Y, por favor, que se estabilice la empresa de mi contrario, o este hombre se me volverá tarumba y bastante tiene ya con todo lo demás.
Os pido también estabilidad emocional para mi gente. Que sepan lo que valen, que se sientan amados para que puedan amar, que su corazón esté siempre lleno de esperanza.
Lo de la paz mundial ni lo menciono, que sois Reyes y Magos, pero no Dios. Casi ni me atrevo a sugerir un poco de sentido común para nuestros gobernantes… en fin, haced lo que podáis, pero eso sería bastante importante.
Yo deseo muy fuerte, muy fuerte, una cosa. Vosotros la sabéis, porque hace más de un año que la pido, así que no la voy a escribir, que eso se queda entre vosotros y yo. Pero, si por fin me la traéis, lo mismo hasta vuelvo a poneros las galletas y la leche, que hace tiempo no lo hago porque, como no tenemos niños pequeños en casa, me da miedo que alguien se crea que me he vuelto loca del todo.
Pues nada más. No sé si me he pasado. De todas formas, estará bien lo que me traigáis. Un beso para vosotros y otro para los camellos.


Sara

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