sábado, 25 de abril de 2009

Oración

(Fotograía de Eduardo Arias Rábanos)



Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Ardeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mi como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.



Juan Gelman (El juego en que andamos)


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10 comentarios:

  1. Amiga, que no nos falte a nadie lo que pide este hombre...

    Un abrazo

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  2. Estuve a punto de colgar ese mismo poema el mismo día que tú, me gusta mucho este hombre, a pesar de la inmensa tristeza que emanan muchos de sus poemas.
    Aquí te dejo otro poema de el, que también es de mis favoritos. Porque como dice, la esperanza sangra la mayoría de veces.

    LÍMITES

    ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
    hasta aquí el agua?

    ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
    hasta aquí el fuego?

    ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
    hasta aquí el odio?

    ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
    hasta aquí no?

    Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
    Sangran.
    Juan Gelman

    Un besazo

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  3. Antiqva, ójala fuera así... pero me temo q "eso" escasea mucho.
    Besicos.

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  4. Petita, gracias por ese poema q no conocía. Hay veces q trazar límites es casi imposible.
    Besicos.

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  5. Impresiona. ¿La finalidad última del amor no es atentar contra esa maldición que puso al ser amado en otro cuerpo?

    Excelente Gelman y éste poema no lo conocía.

    Gracias.

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  6. Ese dolor de estar físicamente separado del otro es lo q nos salva del horror de no estarlo.
    Besicos, Goathe.

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  7. Que tu oración sea escuchada.
    Y no te queme la sed

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  8. Uno lee y piensa que no sólo es el juego en el que nos andamos sino, además y sobre todo, el juego en el que nos la jugamos. La vida.

    Un abrazo, Sara.

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  9. Un juego, Dédalus, al q no podemos dejar de jugar... si no, malo.
    Besicos.

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