Abrazado a tu cuerpo como el tronco a su tierra,
con todas las raíces y todos los corajes,
¿quién me separará, me arrancará de tí,
madre?
Abrazado a tu vientre, ¿quién me lo quitará,
si su fondo titánico da principio a mi carne?
abrazado a tu vientre, que es mi perpetua casa,
¡nadie!
Madre: abismo de siempre, tierra de siempre: entrañas
donde desembocando se unen todas las sangres:
donde todos los huesos caídos se levantan:
madre.
Decir madre es decir tierra que me ha parido;
es decir a los muertos: hermanos, levantarse;
es sentir en la boca y escuchar bajo el suelo
sangre.
La otra madre es un puente, nada más, de tus ríos.
El otro pecho es una burbuja de tus mares.
Tú eres la madre entera con todo tu infinito,
madre.
Tierra: tierra en la boca, y en el alma, y en todo.
Tierra que voy comiendo, que al fin ha de tragarme.
Con más fuerza que antes, volverás a parirme,
¡madre!
Hermanos: defendamos su vientre acometido,
hacia donde los grajos crecen de todas partes,
pues, para que las malas alas vuelen, aún quedan
aires.
Echad a las orillas de vuestro corazón
el sentimiento en límites, los efectos parciales.
Son pequeñas historias al lado de ella, siempre
grande.
Una fotografía y un pedazo de tierra,
una carta y un monte son a veces iguales.
Hoy eres tú la hierba que crece sobre todo,
madre.
Familia de esta tierra que nos funde en la luz,
una carta y un monte son a veces iguales.
Hoy eres tú la hierba que crece sobre todo,
madre.
España, piedra estoica que se abrió en dos pedazos
de dolor y de piedra profunda para darme:
no me separarán de tus entrañas,
madre.
MIGUEL HERNÁNDEZ ( 1910 - 1942 )
con todas las raíces y todos los corajes,
¿quién me separará, me arrancará de tí,
madre?
Abrazado a tu vientre, ¿quién me lo quitará,
si su fondo titánico da principio a mi carne?
abrazado a tu vientre, que es mi perpetua casa,
¡nadie!
Madre: abismo de siempre, tierra de siempre: entrañas
donde desembocando se unen todas las sangres:
donde todos los huesos caídos se levantan:
madre.
Decir madre es decir tierra que me ha parido;
es decir a los muertos: hermanos, levantarse;
es sentir en la boca y escuchar bajo el suelo
sangre.
La otra madre es un puente, nada más, de tus ríos.
El otro pecho es una burbuja de tus mares.
Tú eres la madre entera con todo tu infinito,
madre.
Tierra: tierra en la boca, y en el alma, y en todo.
Tierra que voy comiendo, que al fin ha de tragarme.
Con más fuerza que antes, volverás a parirme,
¡madre!
Hermanos: defendamos su vientre acometido,
hacia donde los grajos crecen de todas partes,
pues, para que las malas alas vuelen, aún quedan
aires.
Echad a las orillas de vuestro corazón
el sentimiento en límites, los efectos parciales.
Son pequeñas historias al lado de ella, siempre
grande.
Una fotografía y un pedazo de tierra,
una carta y un monte son a veces iguales.
Hoy eres tú la hierba que crece sobre todo,
madre.
Familia de esta tierra que nos funde en la luz,
una carta y un monte son a veces iguales.
Hoy eres tú la hierba que crece sobre todo,
madre.
España, piedra estoica que se abrió en dos pedazos
de dolor y de piedra profunda para darme:
no me separarán de tus entrañas,
madre.
MIGUEL HERNÁNDEZ ( 1910 - 1942 )
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Soy la persona menos patriota q conozco. Por eso me admira, me maravilla ese sentimiento enorme y cálido del maestro Miguel Hernández.
ResponderEliminarQue gran poeta y que gran hombre Miguel Hernandez...
ResponderEliminarSu vida y su obra estremecen por igual.
Un abrazo, amiga
Tuvo una vida corta e increíble... q pena q este país mate o deje morir a los mejores.
ResponderEliminarBesicos, Antiqva.
Bueno, sara, siempre podemos interpretar la patria como la madre tierra en la que vivimos y despojarla de ideas religiosas y avatares políticos.
ResponderEliminarAgradezco tus comentarios en la ciudad.
un abrazo.
Alfaro, siempre es un placer pasear por tus territorios.
ResponderEliminarBesicos.
Bonito el poema de Miguel Hernández, poeta que supo engrandecer el ciclo de los poetas maravillosos, fue fabuloso y admirado por todos, me ha gustado leerlo.
ResponderEliminarSaludos.
"Adiós, hermanos, camaradas y amigos. Despedidme del sol y de los trigos"
ResponderEliminarBien hallada.
ignatiusmismo;)
Abuelonet, un placer tu visita. Compartimos el gusto por la poesía de Miguel Hernández.
ResponderEliminarUn besico.
Ignatiusmismo, bienvenido a mi casa. Tu espacio es muy interesante.
ResponderEliminarSaludos.
Genial, Miguel Hernández. Me ha llegado al corazón. Besos.
ResponderEliminarMiguel Hernandez me ha parecido siempre enorme en su sencillez.
ResponderEliminarCelebro q te guste, Fernando.
Besicos.
Hola....
ResponderEliminarRegreso a esta casa que me trae los poemas de la tierra. Miguel Hernández lo tengo muy querido, por su sencillez y por ser el compromiso con mayúsculas. No nacerán hombres así.
Agradezco que lo recuerdes.
Un beso.
De eso estoy segura, Mateo. Miguel Hernández es irrepetible.
ResponderEliminarUn placer verte por aquí, besicos.
Yo tampoco soy patriota, ni creo en banderas himnos y esas invenciones...
ResponderEliminarpero algunas veces el sol se derrama por estos campos de una manera tan contumaz, y el color del aceite puro deslumbra tanto el paladar como la vista, el eco quedo de una cancioncilla lejana que nos distrae .
Y uno da gracias por nacer en esta tierra tan increíblemente variada que pisamos.
Abrazos.
Y no te ha ocurrido también, Goathe, sentir íntimamente tuyo el color del agua en una playa del Indico, el impresioante olor del manglar en México, o el sabor tierno de una baguette recién horneada en Francia? Yo he tenido ese sentimiento en esos lugares, lo mismo q me pasa en mi Aragón o mi Alcalá de Henares. El hogar está donde está el corazón, y mi patria es mi hogar y mi gente.
ResponderEliminarBesicos.
Qué grande Miguel, como poeta y como persona.
ResponderEliminarGracias por recordarnos sus estupendos versos.
Un abrazo.
Emilio, es un placer verte por aquí. Bienvenido.
ResponderEliminarUn beso.