miércoles, 21 de julio de 2021

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Había tanta paz...

Un manto infinito de flores fragantes hasta donde la vista alcanzaba, la tierra vestida de morado y verde. El silencio, envolvente, acariciador, apenas agitado por el zumbido, musical y leve de las laboriosas abejas, libando el néctar de la lavanda. 
Se sintió nueva y fortalecida, conectada a esa tierra y esas flores. Se sintió tranquila. Se sintió feliz.
 

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