Se va terminando abril, con un tiempo de lluvia y de esperanza.
Aún refresca por la noche y yo agradezco el leve y tibio peso del edredón.
Antes de lo que deseo, llegará el calor, y se me despertará ese odio recurrente de cada verano. Pero ahora el clima es bondadoso; el cielo nublado deja asomar jirones de sol, y con eso me basta.
Primavera extraña, aún extraña, pero siempre primavera.
Es un entretiempo extraño.
ResponderEliminarSe precisan lluvias, y a ratos de e ha de menos el sol.
Besos.
Peimavera, loca y variable...
EliminarBesicos, Amapola.
Hola, Sara.
ResponderEliminarUn placer pasar por tu casa. Creo que estamos pasando unos tiempos difíciles, da igual si estamos en primavera o en verano. Si apreciamos esas pequeñas cosas que nos agradan, ya podemos sentirnos satisfechos. De todas maneras, el verano volverá a ser raro, raro, raro.
Abrazossss.
Todo sigue siendo raro, pero las estaciones siguen con su devenir, al margen de todos nosotros.
ResponderEliminarGracias por tu visita, Mateo. Estas en tu casa
Un abrazo.