Habernos conocido
un otoño en un tren que iba vacío;
La radiante, aunque cruel
promesa del deseo.
La cicatriz de la melancolía
y el viejo afecto con el que entendemos
los motivos del lobo.
La luna que acompaña al tren nocturno
Barcelona-París.
Un cuchillo de luz para los crímenes
que por amor debemos cometer.
Nuestra maldita e inocente suerte.
La voz del mar, que siempre te dirá
dónde estoy, porque es nuestro confidente.
Los poemas, que son cartas anónimas
escritas desde donde no imaginas
a la misma muchacha que un otoño
conocí en aquel tren que iba vacío.
Joan Margarit, fallecido ayer
Bonito homenaje.
ResponderEliminarBesos.
Se nos ha ido uno de los grandes.
EliminarBesicos, Amapola.
Bonito poema. Beso
ResponderEliminarPreciosa la obra de Joan Margarit.
ResponderEliminarBesico, Hanna.