sábado, 13 de enero de 2018

La lluvia






La lluvia, mansamente, golpea en los cristales
y cae como si fueran lágrimas desde el cielo
Se parece el asfalto a una piel arrugada
por cuyos surcos dulces discurrieran los ríos.
La experiencia de años que la azada no cubre,
el pliegue decidido, un rictus de tristeza
esa huella perenne que nos dejan los daños.
Y mientras llueve y llora un ángel desde arriba
hay manos con ternura que alivian ese peso
hay leves madrugadas, hay luz en las farolas,
y la firme certeza de casi primavera.

Sara Royo


4 comentarios:

  1. Con lo que me gusta a mi la lluvia, pero con la gripe que tengo, no seria buena idea sentirla...
    Besos y salud

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  2. Cuidate esa gripe, Genin.
    Un besico.

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  3. Todo, pero esto: Se parece el asfalto a una piel arrugada
    por cuyos surcos dulces discurrieran los ríos...
    Me encantó.

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