martes, 23 de enero de 2018

...




Que me pierdo yo en esos ojos.
Que me pierdo y no quiero encontrarme.
No hay luz mas grande, ni mayor ternura,
que esos dos ojitos fijos en los míos.
Dos pozos de risa. Esas cejas claras.
Y nos entendemos así, con mirarnos.
Millares de estrellas nacen en sus ojos
de un color incierto de tierra y olivas.
No hay más.
Ese chico me ha robado el alma.

Mi ladrón querido, dulce bandolero.

Sara Royo

2 comentarios: