martes, 5 de julio de 2016

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Le pusimos al osito de peluche bajo el sobaquillo una pintura plasti decor. Amarilla.
Ella, muy seria, retiró la pintura y la miró. 
Treinta y seis, dijo.
Se dirigió a mi: Qué le parece, doctora yaya?
Yo no sabía si  seguir con la revisión del hospitalillo de muñecos acostados en los cojines, o comérmela a besos.

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