Mira que no te enreden los
cantos de sirena.
Qué larga travesía, qué
sangrantes naufragios
para llegar al puerto donde
vive tu vida.
Tápate los oídos con plumas
de gaviotas,
amárrate con fuerza a la proa
del barco
y no pierdas la estela de tu
propio camino.
Y en las noches oscuras, que
te guíe un planeta.
Uno grande, que brille como
sol y te alumbre
en las largas ausencias de
terciopelo y vino.
Has llegado a tu playa, has
quemado tu nave.
Enjuaga tus heridas en dulce
agua salada.
Mira que no te duelan todas
las caracolas,
mira que no te enreden los
cantos de sirena.Sara Royo
Lo intentaré... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Besos y salud, Genín.
ResponderEliminar