Ahora que me debato un poco más que siempre
entre las dos orillas del cauce de mi vida,
que me asalta de noche el monstruo del recuerdo,
que me vuelve la culpa a echar sal en la herida;
ahora que me ahogan las cosas que no hice
y las dudas golpean como un mar enfadado,
que mis flores no crecen tanto como debieran,
que no sé si es bastante todo lo que ya he dado;
ahora que tengo un miedo disperso, indefinido,
ahora que las estrellas no anidan en mi cama,
ahora no queda otra que seguir caminando
como antes, como siempre, como cada mañana.
.
Adelante, siempre adelante...
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues entonces debes de llamar a los amigos, que para eso estamos
ResponderEliminarcálido abrazo
Ahora al leerte es cuando te amo .
ResponderEliminar!Que bello poema !
Un abrazito tierno.
estés en la orilla que estés, siempre en frente tendrás otra orilla....disfrutalas
ResponderEliminarbesos
Claro, no queda otra...
ResponderEliminarBesos y salud
el recuerdo como siempre,atormentando.
ResponderEliminarUn beso
Que buenas imágenes, me gusta tu composición y como juntas estrellas y camas, noche y recuerdo, culpa y herida. Todos esos miedos paralizan, es verdad, pero, como bien dices si uno sólo piensa en dar un pasito detrás de otro al final resulta que está caminando.
ResponderEliminarBesos de vuelta ;)
Un buen trago, si señor, de esos amargos como el whiski, pero catárticos.
ResponderEliminarHay días tontos, Thomas...
ResponderEliminarUn besico.
Gracias, Paco. Un bajón se convierte en un subidón por gente como vosotros.
ResponderEliminarBesicos.
Peregrina, gracias por tu cariño y tu tierno abrazo.
ResponderEliminarOtro para ti. Y un beso.
Anatxu, eso es lo difícil: no poder estar en ambas orillas a la vez.
ResponderEliminarUn besico, preciosa.
No, Genin, no queda otra q seguir. Siempre.
ResponderEliminarUn besico.
S., el recuerdo es como una mosca pesada q zumba y zumba y pocas veces hace caso cuando se le echa. Hay veces, claro, q el recuerdo es amable y trae momentos hermosos, pero...
ResponderEliminarBesicos.
Cyllan, pasito a pasito se recorren enormes distancias, tienes razón. Mirar hacia atrás no sirve de nada.
ResponderEliminarOtro beso de bienvenida vacacional.
Herzeleid, me alegro de q te haya gustado. A mi me ha encantado tu último post.
ResponderEliminarBesicos.
No queda otra que seguir o como dicen los peregrinos de Santiago desde tiempos inmemoriales:
ResponderEliminarUltreia!!!
Esto es, "vamos más allá" o "hacia adelante".
Abrazos.
sigue, avanza, no pares y no mires atrás. Besos.
ResponderEliminarQué sugerente ese puente, y el poema está muy bien, ahora que tanto se duda..., si paras que sea para mirar hacia adelante.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Goahte, en realidad no somos sino peregrinos; en el Camino de Santiago o en el personal. Yo me uno a ese grito.
ResponderEliminarBesicos.
Fernando, en eso estamos. Sobre todo, en los momentos tontos.
ResponderEliminarBesicos.
La duda, Alfaro, ese otro mostruo q surge de debajo de la cama para robar el sueño...
ResponderEliminarBesicos.
Amiga, eso "del miedo indefinido" se suena como algo proximo, como algo que siempre nos esta acechando... Pero no queda otra solucion que avanzar, caminar y avanzar.
ResponderEliminarRecibe un abrazo
Es un placer leerte !!!
ResponderEliminary sentir esas tus palabras !!
en el post, muy bello...!
...un abrazo
y hasta pronto...
Fede Hammelinn
Paradojas :
El mundo es una gran paradoja que gira en el universo. A este paso, de aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed, para que no falten el pan ni el agua.
Galeano - Uruguay
A veces hay momentos así, en los que a uno le pesa el carro de la vida, pero no queda otra que tirar un poco más.
ResponderEliminarSeguro que vienen tiempos mejores, siempre pasa, después de una mala racha viene otra mejor.
un besazo, guapa
Antiqva, cuanto nos parecemos todas las personas, verdad?
ResponderEliminarBesicos.
Fede, esas paradojas hacen pensar...
ResponderEliminarBesicos para ti.
Si, Frabisa, es q hay días muy tontos.
ResponderEliminarUn beso grande.
Sara,
ResponderEliminarUn beso :)
Otro para ti, Quirón.
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