viernes, 8 de mayo de 2009

Transferencia

Hoy pensaba q deberíamos poder hacer transferencias de sentimientos, como las hacemos de dinero. Tu número de cuenta, mi número de cuenta. Tecleo el código y me quedo con tu dolor. Más q nada, porq yo tengo un entrenamiento y una experiencia q me permiten capear estas cosas; porq soy mas fuerte q tú, seguramente. Pero, sobre todo, porq se me parte el alma al verte sufrir, porq es tremenda la impotencia de saber q no puedo hacer otra cosa q lo q hago: nada. Ojala pudieras pasarme tus lágrimas, tu insomnio, tu temblor; q yo pudiera hacerlos míos para dejar a cero tu saldo de tisteza, en números rojos tu soledad. Si pudiera, cariño, cambiaría el mapa del cielo para q anoche las estrellas se hubieran alineado de otro modo. Pero no puedo hacer nada de eso, nada. Solo sé quererte. Sólo soy tu madre.

23 comentarios:

  1. Qué precioso, Sara, cuánto se quiere y cómo quisieramos evitarles el dolor...las angustias, los problemas...
    solo podemos acompañar, escuchar...
    Muy bien escrito.
    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  2. ¡Cuánto amor y cuánta ternura!
    Aunque en su día no te comenté,
    he leído ahora entradas anteriores y supongo que ésta tiene relación con la del 20 de abril.
    "Sólo se quererte.Sólo soy tu madre"
    Ahí es ná!!

    ResponderEliminar
  3. Alfaro, q poco podemos hacer, verdad?
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  4. Doctor, sí q tiene q ver con ese post q dices. Tengo un hijo y una hija, y son lo mejor q me ha ocurrido en la vida. Ahora mi hija pasa por un momento oscuro, y sólo ella puede encontrar su luz.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Que bonito! me gusta como escribes, cómo reflejas tus sentimientos y los transformas en palabras.
    A veces la mejor ayuda para nuestros seres queridos es estar con ellos en los buenos y malos momentos y darles nuestro apoyo.

    Un abrazo guapa!

    ResponderEliminar
  6. Cris, cuando no sabemos q hacer, solo podemos estar lo mas cerca posible, escuchar y esperar.
    Un besico.

    ResponderEliminar
  7. Yo me abro dos cuentas en ese banco ahora mismo.

    Ánimo y besicos,

    ResponderEliminar
  8. En ese banco tuyo de sentimientos es el que más interés dará, y el que nunca tendrá te dará números rojos.

    Que suerte tienen tus hijos con tener cuenta en él.

    Bss++

    ResponderEliminar
  9. Y a fondo perdido, para siempre e igual que un cheque en blanco para que pongan la cifra que quieran en ese momento..

    Chica, que me has emocionado, nada hay en el mundo que quiera más y me duela más que mis niños, aunque sean hombres ya, esto es para siempre y mientras viva..

    un beso, guapa

    ResponderEliminar
  10. Ojalá todas las madres sientan eso grande, y aunque los tiempos han cambiado, siempre se debe saber que la madre es una sola y puede dejarnos una gran riqueza en nuestras cuentas sentimentales increíbles.

    Que no se apague el amor a la madre hoy y siempre!

    Saludos Sara!

    ResponderEliminar
  11. Alberto, hace tiempo q abriste esas cuentas: el momento mismo en q cada una de ellas respiraron por primera vez.

    Viviéndonos, este sentimiento es antiguo e inevitable. Cuando tienes un hijo no te das cuenta de q es él quien te tiene a ti.

    Frabisa, da igual los años q tengan; los hijos son siempre un pedazo tuyo, parte de ti. No importa el tiempo q pase, es siempre igual de fuerte.

    Roberto, creo q eso es algo q nunca cambiará. No se puede evitar quererlos de ese modo.

    Un beso grande para todos y cada uno de vosotros, gracias.

    ResponderEliminar
  12. Las alegrías... y las penas... son siempre personales e intransferibles.

    Se pueden compartir... y al compartirlos se produce cierta transferencia... pero nunca total.

    Hay que admitirlo así. Cada cual tiene la obligación de digerir sus éxitos y sus fracasos.

    Y si sabemos que los seres queridos no nos pueden transferir su dolor... Si sabemos que todo lo que nosotros suframos no les reduce a ellos ni un gramo de dolor... ¿no deberíamos intentar sufrir menos nosotros mismos?

    ResponderEliminar
  13. Tienes razón, Botijo. Todo eso lo sabe mi cerebro con una claridad meridiana. Pero cuando se trata de afectos, del dolor de los hijos q sientes casi tanto como propio, a mí la razón se me desdibuja y no soy capaz de mantener la calma y el sentido común tanto como debiera. Pero te agradezco mucho ese aporte de lucidez q siempre viene bien.
    Besicos.

    ResponderEliminar
  14. y ya es mucho lo que haces pues como madre te duele mucho lo que le pasa a tu hijo. Sigue así. Un beso.

    ResponderEliminar
  15. Como bien dices tengo dos cuentas abiertas, pero no permiten transferencias de sentimientos. Hace más de 13 años, cuando nació mi primera hija, salí a dar la buena nueva a las abuelas, se acercó mi madre y me dijo con mucho cariño y una pizca de tristeza que a partir de ahora no iba a dejar de sufrir por ella. Qué razón tenía y cuanto se entiende a la propia madre cuando uno sufre por sus hijos, pues estos no te dan la felicidad que uno espera cuando no los tiene.

    Besicos,

    ResponderEliminar
  16. Fernando, me temo q no puedo hacer otra cosa mas q seguir así.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  17. Alberto, los hijos dan toda la felicidad del mundo. Pero tambien todo el dolor y toda la preocupación. Y es verdad q solo cuando somos padres entendemos a los nuestros.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  18. Me deja de piedra este texto sencillo, y me dan unas ganas de correr a abrazar a mis nenes... buufff. Cuanta razón tienes, nada se puede añadir a tus reflexiones.

    ResponderEliminar
  19. Cyllan, abrázalos; abrázalos mucho, porq cuando la vida y el tiempo se lleva a nuestros padres, los mas dulces recuerdos son los de sus brazos.
    Besicos.

    ResponderEliminar
  20. Creo que los hombres nunca llegaremos a entender el amor de una madre por un hijo. Entre otras cosas, porque tiene mucho de irracional, de animal...

    Bsss

    ResponderEliminar
  21. Qaesar, el símil de la loba q defiende a sus cachorros es muy adecuado. Y cierto, nos suele poder más el corazón q el cerebro en muchas situaciones. No podría explicar por qué, pero es así.
    Un beso.

    ResponderEliminar