Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte en la ribera,
Dejará la memoria en donde ardía;
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Médulas que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no sin cuidado,
Serán ceniza, más tendrán sentido,
Polvo serán, mas polvo enamorado.
Francisco de Quevedo.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
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Siempre que paso apor aqui, me voy con una sonrisa lleno de satisfacción.
ResponderEliminarBonitos textos.
hasta le infinito y más allá
Delicioso trago "polvo serás, más polvo enamorado".
ResponderEliminarUn besillo.
Ah, mira que son poco conocidos los poemas de Quevedo, parece como que en estos tiempos no se llevan...
ResponderEliminarY la verdad es que fue un poeta inmenso (para mi, mejor que Gongora, y ya es atraerse a decir...)
Un abrazo, amiga
Masakoy, eso es lo mas bonito q me han dicho hoy. Gracias.
ResponderEliminarUn beso.
Bacdiras, q precioso, verdad? También me encanta ese trago.
ResponderEliminarUn besico.
Antiqva, así es. A veces nos olvidamos de la raíz de las cosas, y sin los poemas de Quevedo estoy segura de q la poesía no sería lo q es.
ResponderEliminarUn beso.
Pues espera a escuchar como he dejado tú poesía. Espero poder cantarla la semana que viene para grabarla. Que bonita con su musiquita.
ResponderEliminarHasta el infinito y más allá
Masakoy, estoy impaciente por oírla. Pondrás un enlace para q pueda ir? (q es q soy muy torpecica yo)
ResponderEliminarOtro beso.