sábado, 30 de noviembre de 2019

Con la tentación



Con la tentación de besar
la fría piedra de tu mañana,
la piel violenta y suave de tus pechos,
he regresado cansado
y expectante
para decir que te quiero.
Quiénes son ellos
para impedir que retire las espinas
que protegen tu alma
y murmure con furia
tu nombre amado.
He visto morir palomas y niños,
ennegrecerse las rosas,
suspirar desbocado el pulmón de la hiedra.
Más allá de los cerros fríos y las naves nocturnas,
no había nada.
En el mar,
la sangre poseía el tono púrpura
de la blasfemia
y en los camposantos,
coronados de amapolas,
no había espacio para la piedad.
Buscaré la belleza en el dolor,
te nombraré siempre,
sacrificaré mi escudo
y mi carisma
por rozar tus labios:
y solo entonces,
convertido en hiedra,
dejaré que la ceniza de los glaciares
pulverice mis ojos.

Miguel Paz Cabanas


viernes, 15 de noviembre de 2019

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La casa se abre a una acera
donde no me espera nadie.
Aquí sin ti. Un extraño.
Fue aquí donde me extravié.
Paseo sin mí, contigo.
Mi sombra es sólo un error,
viene de sitios más gélidos:
tu corazón y tus manos.
Es por lo que me marché.
La vida desconocida
yo la he vivido sin ti.
A tu lado.


Joan Margarit, Premio Cervantes 2019

lunes, 11 de noviembre de 2019

Triste



Estoy triste. Decepcionada. 
Mi país es cada vez un sitio peor, mas deshumanizado, mas injusto,  homófobo, falto de caridad. 
Mucho poder le hemos dado a esa gente. 
Volverá el maltrato animal para que se divierta la chusma sin entrañas. 
Mujeres, homosexuales, inmigrantes: temblad. Porque para ellos sois personas de segunda clase. 
Y hemos sido nosotros, con nuestro voto descerebrado y machista, los que les hemos dado ese poder... 
Qué enorme pena da todo esto. 
Ya no nos cuidaremos. 
No tendremos piedad ni empatía. 
Cada vez menos libres, mas asustados, mas grises. 
Pobre mi España, con sus hijos retrógrados y analfabetos. Pobres todos nosotros.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Tres de noviembre


Hace ya tanto tiempo y a la vez tan cercano. 
Como un libro me abrí y saliste tú, mi primera historia, la duda y la ternura, el miedo a no saber. 
Hoy aún tengo miedo. 
Te miro y me atraviesa el temor, como un dardo, porque no puedo darte el conjuro mágico contra las puñaladas de la vida, no tengo la receta, pobre de mi, del amor para siempre, de la salud eterna, del temple y la esperanza. 
Ya solo tengo amor, que creció con el tiempo, con todos estos años de luces y de sombras. 
Feliz cumpleaños, mi niño. Que todo lo bueno te persiga y te atrape. 
Y aunque a veces piense que ya no puedo quererte mas, es mentira: puedo.


sábado, 2 de noviembre de 2019

Sed




Si aquello que tocas se vuelve pausa y luz,
si lo que rozan tus ojos y sacia tu vientre
es verbo y miedo,
mi noche se empapa de soledad.
Lo que susurras y usurpa mis sueños,
lo que me hace rehén,
es un árbol creciendo dentro de una madriguera.
Te he visto acudir de noche
con palabras en la cintura,
los labios sedientos de luz,
con llamas de sangre en la tierra que pisabas.
¿Y si te dijera que cuando me nombras
renuncio a Dios?
No te alejes de mi piel;
no he de temer que me conviertas
en basalto ni raíz;
si acaso en pulpa trémula y corazón mudo,
un sitio donde tus besos
me sacien de sed
y retumbe mi noche
con gargantas de sangre.


Miguel Paz Cabanas

viernes, 1 de noviembre de 2019

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martes, 29 de octubre de 2019

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Leo poemas al azar,
leo casi sin pensar en lo que leo.
Cuando me encuentro un verso triste,
siento en el alma como una caricia.
No es que me alivie la tristeza ajena;
es que me siento menos solo.
Ángel González.

martes, 22 de octubre de 2019

Vendo mi alma




Vine a venderla de saldo,
pero tras un regateo somero
recibí una oferta miserable:
media libra de recuerdos,
una foto trucada,
un algoritmo con la rúbrica de Dios.

No es que,
después de tantos años,
la tenga en gran estima
–a mi alma-,
pero he de admitir que,
haciendo balance,
aduce varios pretextos:
tardes de clérigos infames,
sinsabores tenaces,
la dulce agonía de la pubertad.

(Las almas vienen a ser como doncellas
acosadas en un templo
por seductores de postín).

Una vez,
vestida con andrajos
-hablo de mi alma-,
se paseó por el infierno de Dante
y se llevó entre bastidores
una decepción:
vio a tanta gente familiar,
a tanto discípulo afín,
que se incorporó un poco ofendida.

Intenté persuadirla de que,
pese al calor y las moscas,
no se estaba tan mal.

Ahora,
mientras la pesa un ángel en la balanza
-ni siquiera da para veintiún gramos-
advierto, con lucidez,
la magnitud de mi error:
hay un exceso de almas en el mundo
y ni siquiera el demonio las pondera.

Así que,
en esta víspera pura,
como quien empuja una llanta,
la arrastro por el campo,
con su cortejo de luciérnagas,
a dos kilómetros por hora.

Rueda sin afán,
con aire taciturno,
tropezando perezosa
con abedules enanos.

Diría que en este momento,
tupida de crisálidas,
parece
un pañuelo de batista.

Ah, mi alma,
con su olor a caramelo,
su suspiro leve
y sus ojos de roedor asustado:
quién me iba a decir que la vendería,
en este lunes sin proezas,
por una noche de saldo.


Miguel Paz Cabanas

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jueves, 17 de octubre de 2019

17 de octubre



Gracias a la Vida, Dios, Universo... o cualquiera de las palabras con que lo denominemos. 
Gracias por tanto.
Hoy es mi cumpleaños.

domingo, 13 de octubre de 2019

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Resultado de imagen de pinterest guitarra




Algunos días amanece como si atardeciera. 
El tiempo, que se desliza o se estanca a voluntad, baila su canción ausente. 
Y yo soy una guitarra con las cuerdas demasiado tensas. Puede sonar una melodía extraña y única, puedo ser una sinfonía de viento y olas o romperme. 
O romperme.

domingo, 6 de octubre de 2019

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Mientras tanto, el otoño empieza, caluroso, iluminado.
Llenamos mucho cada día, no sea que en uno de los huecos nos asalte, como un tigre agazapado, la sensación del poco tiempo.
Pintamos la vida lo mejor que sabemos. Soñamos, si aún nos permitimos ese lujo, y peleamos con la fuerza de ese mismo tigre por un mundo mejor.
Y así seguimos octubre.

miércoles, 2 de octubre de 2019

Balada del hombre con Alzheimer




Huir,
no saber dónde huir,
enloquecer,
el cerebro desahuciado,
la tierra sin semillas,
los moldes de plomo,
la máscara infinita,
ciega y tuya es mi noche.

Dejarte para siempre,
evocar la noche,
las bocas,
los relámpagos,
el fruto lejano de tu piel hinchada.

Dejarte
y no saber dónde huir,
empujar la maleta,
ser penumbra,
desfallecer,
danzar con mi cerebro loco,
tierno de espinas,
escoria de hoguera y frío.

Descubrir al alba
que ignoro tu nombre,
tu nombre,
un látigo en mi alma negra,
la fiebre blanca devorando mis ojos.

No poder deletrearlo,
tu nombre,
renunciar a pronunciarlo,
tu nombre,
que mi memoria lo cante,
tu nombre,
un millón de veces más,
tu nombre.

¿Aceptar la vileza,
el desenlace,
la agonía del cerebro postizo?

No transigir;
tatuar tu nombre
hasta cubrir mi alma;
tatuar tu nombre
hasta sellar mi piel;
y cuando me desvanezca
(devorado
en la penumbra
del cerebro marchito),
estirar la piel para gritar,
esculpir la piel para recordar,
y que sea tu nombre,
al fin,
el roce de mi memoria desolada.

Una pizca de sal en los labios,
tu nombre tatuado
en mi nunca,
una reverencia breve,
salgo de mi cerebro para soñar.


Miguel Paz Cabanas


martes, 1 de octubre de 2019

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Que venga lleno de ventura para todos nosotros.

sábado, 28 de septiembre de 2019

El terrible cambio

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Ayer mi ciudad, como tantas otras, se sumó al grito del miedo. 
Tengo miedo de que matemos la única casa que tenemos. 
Tengo miedo de que mis nietos y los hijos de mis nietos no tengan agua para beber, mar para bañarse, árboles para abrazar, aire para respirar. 
Qué estamos haciendo? 
Cómo podemos ser tan irresponsables? 
El equilibrio de la Naturaleza es perfecto y cualquier actuación que desbarate eso, un suicidio. 
Matamos insectos y aves con pesticidas. 
El mundo vegetal decae, porque ya no se poliniza adecuadamente y porque cortamos árboles y los quemamos sin ver tanta sangre verde derramada. 
Los mares llenos de plásticos. 
Criaturas marinas que mueren atrapadas o que se alimentan del mismo veneno que comeremos al alimentarnos. 
Todo este despropósito en nombre del "crecimiento económico". 
Qué crecimiento? 
Este matarlo todo es crecer???? 
Ojala tomemos conciencia, de verdad y lo hagamos deprisa. Si no revertimos ya las cosas, será tarde. 
Qué idiotas somos. 
La especie más dañina. 
La más estúpida. La más suicida y asesina. 
Yo quisiera ser civilizada como los animales.