martes, 15 de enero de 2019

Bromo




Hay quien divide sus días en solos de trompeta
sus horas en minutos, sus minutos en relojes de arena, cada segundo en un suspiro.
Y después está Alicia
que no se ha puesto un calcetin igual a otro
en su puta vida
y en el pelo, en vez de horquillas, lleva las simientes de la ultima hojarasca.
Alicia se levanta a medianoche
-yo la he visto-
a abrir todas las jaulas de este mundo.
Otras no puedo entrar al vater
porque ha metido en la bañera un cocodrilo.
O
-dios mío-
se me encima de un salto a la cara
y me muerde la nariz hasta que lloro lágrimas cuadradas.

Billy MacGregor




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