viernes, 26 de octubre de 2018

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Los días oscuros en los que una marea negra oprime la garganta. 
Un puño de hierro crece en la boca del estómago y toda esa paz, tan duramente conseguida, es un frágil castillo de naipes que se tambalea. 
Te das cuenta, con la lucidez de un relámpago, de que todo es fugaz y mutable, de que la vida, tal como la conoces y amas, cambia con un simple chasquear los dedos. 
Y ni siquiera son tus dedos. 
Estamos conectados. Irremediable e indisolublemente unidos. 
Cuánto cuesta, después de todo esto, volver a florecer...


2 comentarios:

  1. ¿Tu crees que se vuelve a florecer?
    Tu dices que cuesta mucho, así que se florece de nuevo...
    ¡Que bien! :)
    Besos y salud

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  2. De momento, se va consiguiendo...
    Besicos, Genin.

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