martes, 31 de octubre de 2017

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De estos días convulsos, de gritos, miedo, abrazos, odios y hermandades, yo me quedo con el cariño.
No voy a decir lo que me parecen algunos personajes protagonistas de esta situación tan triste, eso me lo reservo.

Me quedo con la alegría de los que han descubierto, por fin, que eran amados. La de los que siempre los quisimos.
Y algo que me quita cualquier dolor: oirla decir a su madre "mi yaya es mi mejor amiga".
Seguimos caminando. Que nadie nos robe la capacidad de amar.

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