lunes, 29 de agosto de 2016

Tiempo...






"Te quiero, Sara".
Eso me dijo mientras me abrazaba, justo antes de entrar vacilante en el ascensor. Hoy no tenía un buen día. Esos ochenta y ocho años le pesan. Sé que se debate entre las ganas de tirar la toalla y el terror de dejar de respirar. 
El tiempo juega en el equipo contrario. 
Me ha calado hondo su declaración de amor. Quizás porque hacía mucho tiempo que no lo oía. Quizás porque no esperaba tanto de quien tiene ya tan poco.
Ella me quiere. Hoy me lo ha dicho. Pero yo ya lo sabía por la manera en que se le iluminan los ojos cuando llego, por la forma de agarrarse de mi brazo por la calle (no te escapas, me dice), por eso de que todo lo que yo haga es perfecto para ella.
Tiempo... Ojalá tenga el suficiente como para irse, cuando toque, con el corazón sereno y una sonrisa. Esa sonrisa que me ofrece cada día cuando me ve.

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