Eso que hemos perdido
que no sea una herida
en nuestro bosque a medias.
Claro que echo de menos
lluvias de flores blancas
el sudor estepario
y la huída al abismo
claro que tengo a veces
la película entera
rompiéndome la boca
y un sentimiento ajeno
se me instala y me llena
de algo casi olvidado.
Pero es cada vez menos.
Somos dura corteza
de árboles incontables.
que no sea una herida
en nuestro bosque a medias.
Claro que echo de menos
lluvias de flores blancas
el sudor estepario
y la huída al abismo
claro que tengo a veces
la película entera
rompiéndome la boca
y un sentimiento ajeno
se me instala y me llena
de algo casi olvidado.
Pero es cada vez menos.
Somos dura corteza
de árboles incontables.
.
El paso del tiempo, la supervivencia, las defensas de la mente contra el dolor, todo eso hace que las herdidas no duelan eternamente. Tú lo has dicho de una forma muy especial.
ResponderEliminarUn abrazo.
Marpin y La Rana
Son increíbles todas las formas que tenemos de autodefensa. La pena es que nos obliguen a utilizarlas.
ResponderEliminarAbrazos.
Eso que hemos perdido ya nunca va a perderse.
ResponderEliminarLo guardas tan adentro que no puede escaparse.
Besos.
Dura ha de ser la corteza. Y firmes las cicatrices. No todo está perdido, sin embargo.
ResponderEliminarYo también creo que somos dura corteza, pero ya sabes que sobre la corteza se escribe y se dibujan corazones atravesados por flechas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDevoro los momentos como esta para saciarme de tu poesía..
ResponderEliminarQue tengas un fin de semana excelente... Son mis mejores deseos…
Un abrazo…
Saludos fraternos....
Pues yo creo que somos pura savia y un corazón de árbol tierno. La corteza sólo es un modo de protegerse de lo de fuera. Pero nuestra parte más tierna sigue dentro
ResponderEliminary es en ella en la que crecemos y nacen poemas como este.
Precioso,pestañica, cada vez me gusta más este elixir.....
besos
Has sabido bordar con una sutileza exquisita los recuerdos, esos que hieren cada día menos, gracias al paso del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando los corazones, no solo la corteza, se endurecen, ya nada tiene continuidad. Todo se acaba. Besos.
ResponderEliminarHasta la corteza se pierde querida Sara.
ResponderEliminarBonito poema.
Está bien que sea cada vez menos, y que la corteza dura, pero que quede siempre un pequeño resquicio para la savia, si no, algo habrá fallado.
ResponderEliminarPrecioso este poema,
beso
Marpin y la Rana,
ResponderEliminarnada dura eternamente. Nada.
Manolo,
por eso vivimos y supervivimos, porq nos sabemos defender.
Besicos.
Antifaz,
ResponderEliminarsí q se ha perdido. Aunq quede el recuerdo, eso no basta.
Jose,
por fortuna, no todo se ha perdido. En este juego todo va y viene, hoy pierdo esto y mañana gano lo otro... Pero este hecho no evita la formación de la corteza, porq tanta ausencia, si no, sería demasiado.
Abrazos a los dos.
Alfaro,
ResponderEliminartoda corteza q se precie ha de tener grabado, al menos, un corazón con dos iniciales y una fecha. Y las sucesivas marcas del crecimiento de un niño. Esas son las marcas q de verdad importan.
Adolfo,
qué amable eres siempre... Buena semana para ti.
Besicos a ambos.
Anatxu,
ResponderEliminarel árbol ha necesitado mucha savia para fabricarse su corteza. Y sí, somos todo eso q dices, árboles de corazón tierno queriendo crecer para tocar el sol.
Carmela,
algo bueno tendría q tener ese paso del tiempo, verdad?
Un beso fuerte a ambas.
JotaEfe,
ResponderEliminary cómo distingues si se ha endurecido el corazón, o sólo la corteza?
Carmen,
es cierto: hasta la corteza se pierde. Y en algunos árboles, es lo mejor de ellos. Nada nos proteje eternamente.
Muchos besicos.
Sujari, la savia está, es la vida del árbol. La corteza preserva esa vida. O eso pensamos algunos árboles cabezudos.
ResponderEliminarUn abrazo.
La vida es un camino en el que siempre vamos encontrando y perdiendo "cosas"...
ResponderEliminarAsi es la vida, asi de sencilla y dura...
Un abrazo, amiga
Bellisimo y nostalgico...
ResponderEliminarLedeska
Tienes razón, Antiqva. Así es la vida.
ResponderEliminarUn beso fuerte.
Ledeska, muchas gracias. Bienvenida, estás en tu casa.
ResponderEliminarUn beso.
Eso que hemos perdido, deja imborrables cicatrices en el tronco.
ResponderEliminarMe han gustado tus palabras y la imagen con que las adornas.
Las fotografías de Alcalá de Henares en el márgen de tu blog han sido una sorpresa agradable.
Yo soy alcalaína.
Un saludo.
Gracias, Tesa. Tengo en Alcalá mucha gente q amo y los que más quiero también están allí. Han sido muchos años, una parte imborrable de mi vida, al cobijo de sus soportales y de sus nidos de cigüeñas. Siempre q puedo, me escapo a Alcalá y es volver a casa.
ResponderEliminarUn besico.