Esa que camina sin contar sus pasos
que no tiene claro si va o si ha venido
la que torpemente coloca ladrillos
de lágrimas dulces y se hace su casa.
La que ve más claro al cerrar los ojos
la que tiene miedo, se lo come y calla
la que perdió tanto por ganar su vida
y ganó perdiendo aquello que amaba.
Esa que de noche sueña con jardines
con perros y niños bañados de luna
la que sabe cierto que ya nunca vuelven
el tiempo pasado ni el amor vivido.
La que quiere tanto todo lo que quiere
que le va explotando de cariño el alma
y deja un reguero de sangre caliente
para, si te pierdes, poder encontrarla.
que no tiene claro si va o si ha venido
la que torpemente coloca ladrillos
de lágrimas dulces y se hace su casa.
La que ve más claro al cerrar los ojos
la que tiene miedo, se lo come y calla
la que perdió tanto por ganar su vida
y ganó perdiendo aquello que amaba.
Esa que de noche sueña con jardines
con perros y niños bañados de luna
la que sabe cierto que ya nunca vuelven
el tiempo pasado ni el amor vivido.
La que quiere tanto todo lo que quiere
que le va explotando de cariño el alma
y deja un reguero de sangre caliente
para, si te pierdes, poder encontrarla.
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la que ''torpemente coloca ladrillos de lágrimas dulces y se hace su casa
ResponderEliminarQué mejor manera de hacerse la casa, y hacerse casa de sí misma.
Es una mujer de amor.De voz roja.Y noches azules.
Me encanta.
Un abrazo.
Es q así somos las mujeres, Alfaro.
ResponderEliminarUn enorme beso.
Bello homenaje a la mujer.
ResponderEliminarNos sumamos.
Féliz Sábado
Marpín y La Rana
¡Que bueno!
ResponderEliminarMe ha encantado.
Feliz finde.
Salud y besos
Qué maravillosos poema, pestañica.
ResponderEliminarMe ha dejado sin palabras y eso que soy mujer.
Así me he reconocido, en cada letra, verso y estrofa.
Gracias por recordarme.
besos
Todo eso es lo que os hace a las mujeres tan especiales y muchas veces poco comprendidas. Muy hermoso Sara.
ResponderEliminarUn beso
Me encanta, es verdad, así sois las mujeres. Un abrazo.
ResponderEliminarDeberias pensar mas en ti misma. Que seas tu la casa, y no el sufrimiento (ya se que es experiencia). Que te entregues tambien por ti, no sin ti.
ResponderEliminarBesos.
Me pones los pelos de punta con tus descripciones de personas. Dan muchas ganas de conocerlas. Porque no me imagino a todas las mujeres en este poema, ni mucho menos somos todas así, aunque probablemente era tu intención. No sé por que me imagino a una sólo, a una especie de diosa que camina por ahí despistada.
ResponderEliminarLeerlo con el adagio de fondo es mejor aún.
Emocionante Sara, el poema cala hasta lo más hondo.
ResponderEliminarAbrazos.
Marpin y la Rana,
ResponderEliminarmuchas gracias.
Genin,
q te guste un poema, mi poema, no veas como me alhaga.
Besicos a los dos (o tres, si contamos a la Rana).
Anatxu,
ResponderEliminarme gusta q te reconozcas en lo q escribo, es un piropo para el poeta.
Luismi,
en realidad, es difícil entendernos; a veces, ni nosotras mismas lo conseguimos...
Un besico.
JotaEfe,
ResponderEliminarmuchas gracias.
Antifaz,
ya me has calao... ;)
Besicos, amigos.
Cyllan,
ResponderEliminares cierto q no somos todas así, pero sí q somos un poco de esa manera. En realidad, el poema no lo escribí pensando en todas las mujeres, sino en una. En una q conozco bien. Y seguro q a ella también le encantaría conocerte.
Antonio,
muchas gracias.
Abrazos para los dos.
¿Quieres decir que eres tú?
ResponderEliminar...
Y ahora lo releo con Vivaldi, que me gusta aún más, perfect.
;)
ResponderEliminareste poema es bellísimo, perfecto, cómo me ha gustado, cómo ha tocado en mi alma..........sigo tu blog desde hace meses y no he podido dejar pasar el momento para darte la enhorabuena y las gracias por la maravilla de poemas que nos regalas a todos siempre.
ResponderEliminarBesos.
Azalea, muchas gracias.
ResponderEliminarUn beso.