En la mañana de Navidad
hay nubes enfriando el cielo.
Aunque los árboles alcen
sus brazos desnudos
nadie hará caso de su soledad.
Gira el planeta, como ayer,
como siempre,
y caen bombas en alguna parte,
y gente pasa hambre y miedo.
Alguien debería inventar
la Navidad, por amor.
Sara Royo






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