Marzo bajo la lluvia. Como si hubiera una nostalgia del invierno, estos días están siendo fríos.
Febrerillo, el loco, pasó atropelladamente, saturado de prisa, citas y decisiones, azotando al tiempo con la premura de sus días escasos.
En este camino hacia la inevitable primavera, vamos. El mundo está convulso, en manos de locos poderosos. Trato de no pensarlo. Cae el agua del cielo, bondadosa y queda, como si pudiera borrar el mal y el error. El aire está más limpio en mi ciudad. Brillan las hojas de los árboles.
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