El río Cifuentes se derrama en cascadas en una parte de La Alcarria. Sorprende su belleza, esa paz que provoca el ruido del agua. Estás allí y te alegras de haber ido. Hay algo que sana y conforta. Miras brincar el agua, acariciar las orillas, mecer las hierbas que bailan, enraizadas, la música del cauce, y entiendes que nada es más importante que vivir y respirar ese momento. Y agradeces, a quien corresponda, el privilegio de disfrutarlo.
domingo, 3 de marzo de 2024
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