domingo, 30 de enero de 2022

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Me sigo ocultando. No me desprendo de la armadura. No sé si no puedo, o no quiero.
Ni una oportunidad le daré al sufrimiento. Está latente en el aire, en este presagio de primavera. Qué vértigo me da solo pensarlo. 
El tiempo se desliza, como agua entre los dedos.

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