Sin previo aviso, te cae encima toda la fragilidad del mundo.
Piensas en gente querida, que hasta hace muy poco eran fuertes y felices, y ahora son de cristal.
Y entonces, también tú te sientes frágil, como las burbujas con que juega un niño. No sabes cómo afrontarlo, nunca estaremos preparados para ese temblor del corazón.
Vas así , con los brazos extendidos, como los ciegos, para no perder el camino, aunque no sepas dónde estás.
Piensas en gente querida, que hasta hace muy poco eran fuertes y felices, y ahora son de cristal.
Y entonces, también tú te sientes frágil, como las burbujas con que juega un niño. No sabes cómo afrontarlo, nunca estaremos preparados para ese temblor del corazón.
Vas así , con los brazos extendidos, como los ciegos, para no perder el camino, aunque no sepas dónde estás.
Siiiii, me has hecho pensar.
ResponderEliminarTe sigo.
Paula, estas en tu casa. Bienvenida.
EliminarUn besico.
Intenso lo que escribes, nos sentimos frágiles y en caminos inciertos. Besos
ResponderEliminarTremenda fragilidad, hanna.
ResponderEliminarbesico.