Mi padre era la ternura. La mano fuerte que me sujetaba. La ayuda que nunca tuve que pedir. Y ni la muerte ha podido cambiar eso. Gracias, papá, porque estuviste y porque sigues estando. Te quiero mucho.
Comparto desde aquí mis poemas con vosotros. Deseo que aniden en vuestros corazones, que sean bálsamo o elixir. Podéis llevarlos a otro lugar si os apetece, pero, por favor, citad su procedencia y a quien los escribió. Gracias.
Las imágenes de este blog son propias o pescadas en la red. Cuando sé la autoría, siempre la cito. Pero si ves alguna tuya y no quieres que esté, sólo dímelo y la quitaré.
Muy bonito... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Besicos, Genin, gracias por venir.
ResponderEliminarMe gusta: "la ayuda que nunca tuve que pedir" Esa ayuda dada, es la verdaderamente generosa
ResponderEliminarSi tengo q pedirlo, ya no lo quiero...
ResponderEliminarUn besico, Pura.