Se descalzan los días
para pasar de largo sin que nos demos cuenta.
Son casi despedidas, casi encuentros
-felices pero incómodos-
de cuerpos que se miran
y que aplazan la cita.
Aunque detrás,
suelen quedarnos huellas que no son los recuerdos.
De aquel jardín inculto yo conservo
el hombre que venía a desearte,
a caminar sin ti,
silvestre y solo.
Porque de ti le hablaban las adelfas,
con sus ramas difíciles como muchachas jóvenes,
y las palmeras altas igual que tu desnudo,
y aquel cielo corrido
que buscaba
la luz con que el amor te distingue los ojos.
No envejecemos nunca. Tal vez no envejecemos.
Y ahora puedo decírtelo,
cuando tú me recuerdas las adelfas,
y tu desnudo en arco dibuja una palmera,
y los ojos se nublan
sobre el jardín silvestre de los enamorados.
Tal vez no envejecemos. O es acaso que el tiempo
se quitó los tacones para no molestarnos.
O es acaso el deseo
que camina en los labios todavía descalzo.
para pasar de largo sin que nos demos cuenta.
Son casi despedidas, casi encuentros
-felices pero incómodos-
de cuerpos que se miran
y que aplazan la cita.
Aunque detrás,
suelen quedarnos huellas que no son los recuerdos.
De aquel jardín inculto yo conservo
el hombre que venía a desearte,
a caminar sin ti,
silvestre y solo.
Porque de ti le hablaban las adelfas,
con sus ramas difíciles como muchachas jóvenes,
y las palmeras altas igual que tu desnudo,
y aquel cielo corrido
que buscaba
la luz con que el amor te distingue los ojos.
No envejecemos nunca. Tal vez no envejecemos.
Y ahora puedo decírtelo,
cuando tú me recuerdas las adelfas,
y tu desnudo en arco dibuja una palmera,
y los ojos se nublan
sobre el jardín silvestre de los enamorados.
Tal vez no envejecemos. O es acaso que el tiempo
se quitó los tacones para no molestarnos.
O es acaso el deseo
que camina en los labios todavía descalzo.
Luis García Montero
.
Si, envejecemos, al menos yo, con toda seguridad...jajaja
ResponderEliminarBesitos y salud
No envejecemos amiga, yo cada día trato de ser más niño. Besos y mordiscos.
ResponderEliminarSerá que al poeta lo siento tan cercano...que dice también lo que siento...que el deseo no se va mientras estamos vivos, y que por eso no envejecemos.
ResponderEliminarLeo a Luis G. M. y me reconozco.
Gracias por traerlo, Un abrazo
Si algún día tuviera que hacerme un retoque estético, lo haría por dentro para parecer más joven.
ResponderEliminarBesos.
Es el deseo... una veces calzado y otras descalzo, como los días
ResponderEliminarEl tiempo.. tiene la palabra
ResponderEliminarMe disculpo por mi ausencia de tu espacio.
Un abrazo
Saludos fraternos....
Que disfrutes de un ben fin de semana..
En mi círculo ciclista solemos decir: "No dejas de pedalear cuando envejeces, envejeces al dejar de pedalear".
ResponderEliminarSaludicos.
El tiempo...
ResponderEliminaraunque a veces nos parezca no importarle,
jamás se olvida de nosotros.
Genin,
ResponderEliminarsólo por fuera... ;)
Miguel,
pues yo estoy de acuerdo contigo. No perdamos al niño interior, porq nos perderemos del todo.
Besicos a los dos.
Mateo,
ResponderEliminartambién yo me reconocí. Vivir intensamente el tiempo q nos toque, eso es lo q importa.
Luismi,
qué bien lo has entendido!!! Yo haría lo mismo.
Besicos.
Doctor,
ResponderEliminarimporta poco si es de una u otra manera; el deseo es uno de los motores de la vida. Cambia su intensidad, pero no desaparece.
Adolfo,
yo sí q me disculpo. Ando tan liada q comento poco y os visito menos de lo q me gustaría... Pero sigo por aquí.
Besicos, amigos.
Thomas,
ResponderEliminaryo había oído q uno no deja de enamorarse al envejecer, sino q envejece al dejar de enamorarse. Pero lo de la bici mola. ^^
Pasajero,
bienvenido. Con el tiempo hay q tener una relación equilibrada: no darle demasiada importancia, ni demasiado poca. Al final, tenemos el q tenemos y hay q bebérselo a tragos y disfrutarlo.
Besicos a los dos.
Es conmovedor, es precioso. Y desconocido. El tiempo, sin duda, se quitó los tacones. Qué sutileza de metáfora, no quiero olvidarla. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta q te guste, Goathe.
ResponderEliminarUn besico.