Tengo la convicción de que no existes
y sin embargo te oigo cada noche
te invento a veces con mi vanidad
o mi desolación o mi modorra
del infinito mar viene su asombro
lo escucho como un salmo y pese a todo
tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.
Mario Benedetti
Claro, solo Mario podría decir eso...
ResponderEliminar¡Feliz año!
Besos y salud
Grande Benedetti, muy grande.
ResponderEliminarBesicos, Genin. Feliz año.