jueves, 1 de junio de 2023

Junio



 Junio empieza con tormentas, con una lluvia rabiosa y breve que, dicen, sirve de poco contra la pertinaz sequía. 

Llevo tiempo sin escribir aquí. En realidad, no se por qué. Supongo que hay como mareas de letras que llegan y se van, y la vida y las cosas cotidianas te enredan de manera que dedicas el tiempo (lo más valioso que tenemos) a hacer otras cosas. 

Yo siempre escribo, aunque no sea sobre el papel o el teclado. Escribo en mi cabeza, a la que le cuesta parar, escribo con mi voz. Dicen que escribimos más, no sé si mejor, cuando las cosas no marchan bien. Es posible. Llevo muy tocada desde el domingo, cuando me vuelven a demostrar su desagradecimiento y su estupidez esta gente con la que comparto mi país. Mi pobre país, cada vez más obtuso, más cerril, más manipulable. 

Es un dolor raro, este. Lo peor es que poco más puedo hacer. La impotencia es parecida a un pesado saco que dificultara el movimiento, es algo amargo e incomprensible. Es lo que hay, frase que detesto, pero que define y resume esta vorágine de cretinos. 

La tormenta sigue rugiendo, parece que se aleja.