Dijo el poeta que el olvido está lleno de
memoria. Y a veces es así.
A menudo resulta inevitable echar hacia atrás la
mirada, sin dolor, sin nostalgia, con la lucidez que da el paso de tiempo.
Entonces te das cuenta de lo que fuiste, de lo
que eres. De todo lo que te has transformado sin perder un ápice de tu esencia,
de lo que has cambiado sin cambiar nada. De lo que tuviste que modificar en tu
vida para poder seguir siendo tu.
Noviembre otra vez. Recuerdas otros noviembres.
El anterior, por ejemplo. Estás ahí, en esa frontera entre lo vivido y lo
deseado y tomas conciencia de que has tenido la fortuna de vivir del modo que
querías casi todo lo que querías.
Ya casi invierno, aún otoño. Los árboles se
desnudan sin miedo y sin pudor, se preparan para el largo sueño del frío con
esa sabiduría ancestral y su bondadosa paciencia. Esperan, confían y estoy
segura de que sueñan en la lentitud de su savia con esa vida plena que
explotará en primavera.
Estoy seguro de que la primavera esta ahí, esperando explotar.
ResponderEliminarLa primavera es algo inevitable.
EliminarBesicos, gracias por venir.
Pues yo no tengo ni idea de lo que pasó el Noviembre pasado... :(
ResponderEliminarBesos y salud
El pasado noviembre fué distinto de este. Porq todos los noviembres son distintos, como todos los martes, como todos los días...
EliminarBesicos, Genin. Feliz dia.