Para que no llores tú
le disputaría al mar
su cabellera de espuma
para que jueguen contigo
caballitos y delfines.
Para que no llores tú
todo el cielo es poco cielo
para llenarlo de estrellas
y contarlas hasta diez.
Y para que tú no llores
todas las vacas son Lola
todo semáforo es rojo
y los árboles son grandes.
Pero si fracaso y caen
del borde de tus pestañas
dos lágrimas insurgentes
mis brazos te esperarán,
niño de viento y de brisa,
para que rías de nuevo
y que me puedas salvar.
Sara Royo
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