Mientras tanto, el otoño empieza, caluroso, iluminado.
Llenamos mucho cada día, no sea que en uno de los huecos nos asalte, como un tigre agazapado, la sensación del poco tiempo.
Pintamos la vida lo mejor que sabemos. Soñamos, si aún nos permitimos ese lujo, y peleamos con la fuerza de ese mismo tigre por un mundo mejor.
Y así seguimos octubre.
Y así seguimos...
ResponderEliminarUn abrazo.
Asi seguimos, Amapola.
ResponderEliminarUn besico. Gracias por tu visita.