Tengo menos claro cada vez si esto de vivir es una batalla, una carrera, o un vuelo en caída libre desde algún sitio hasta no se sabe donde.
Posiblemente sea todo eso. O lo ha sido, en algún momento. Tal vez todo se reduzca a buscar la libertad. Ser como somos. Vivir como queremos vivir y con quien queremos. Rodearnos de lo que nos arropa el alma.
Y volar, si se puede, a respirar otro aire, de vez en cuando. No parece tan complicado.
Pero ahí está, persistente y obstinado, ese poso de tristeza.
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