(Foto de Pedro Sabalete)
Avanza el verano, pasito a pasito.
Los días son monótonos y pesados. Es un tiempo
de espera. Las cosas se irán colocando o yo me adaptaré, no sé, en ese
ejercicio cotidiano de supervivencia.
Mientras, la sal de mi sangre echa de menos el
mar, en esa querencia de regresar al origen, de volver a lo que se es. En esta
ciudad que amo, sin playa y sin horizonte, solo la noche es amable y fresca.
Paciencia. Serenidad. Confianza. Y más luz que
la de las estrellas.
El mar, y tus chicas marítimas, te esperamos con los brazos abiertos <3
ResponderEliminarGracias, cariño, lo sé...
ResponderEliminarMil besos.
Si, que daño hace la espera, nunca supe que podría ser tanto el daño... :(
ResponderEliminarBesos y salud
Nunca se me dio bien la paciencia... Habra q aprender.
ResponderEliminarBesicos, Genin.