Mira mi cuello y descubre un granito bajo la oreja.
Con su lengua de trapo me pregunta: yaya, tienes pupa? Inmediatamente pone su mano sobre el granito y, como un pequeño chamán, recita las palabras mágicas: sana, sana, culito de rana; si no sanas hoy, sanarás mañana.
Me mira sonriendo. Ya?
Y ya me has curado con tus palabras, con esa risa que me crece, como una marea, que me sana y me reconcilia por dentro y por fuera. Claro que me curas, niño, porque me inundas de amor, me llenas con tu traviesa ternura, me das sentido y forma. Me reinventas. Das explicación a cada minuto que me ha llevado hasta aquí, al preciso momento de que tu mano me cure.
Hola, compañer@ de blog.
ResponderEliminarMe gusta tu página, por lo que la enlazo a mi blog.
Si lo deseas haz lo mismo con el mío, así ambos recibiremos más visitas de nuestros mutuos lectores.
Un cordial saludo.
Maite Sánchez Romero
https://www.arteypoe.maitevolarela.com/
Muchas gracias por tu visita. No tengo una lista de los blogs q sigo, pero me pasare a leerte.
ResponderEliminarBienvenida.