Las princesas de tules rosados toman el te en un prado verde esmeralda, en una vajilla de deliciosa porcelana, dorada y frágil, mientras unicornios de crines suaves pastan felices no mucho más allá.
Se dibuja en el cielo la torre de un castillo bajo el que se mece un arcoiris de algodón de azúcar.
Hoy el mundo es así.
Tu mundo, ese que florece en tu fértil imaginación, es hoy mi mundo.
Hoy, lo que sea, porque cumples siete años y creces, creces, imparable, preciosa, sensible y dulce.
Como tu quieras, princesa. Lo que quieras.
Tu mundo es mi mundo, porque tu sangre es mi sangre. Porque soy en ti.
Feliz cumpleaños, mi amor.
¡Felicidades a las dos!
ResponderEliminarBesos y salud
Muchas gracias, Genin.
ResponderEliminarUn besico.
Me encanta que lo disfrutes.
ResponderEliminarGracias, Thomas.
EliminarUn abrazo.