Foto de Teresa Salvador
Cierta ingravidez, como si, algunas veces, no me empujara esta fuerza desbocada para abajo o para los lados.
También hay veces que el empujón es hacia arriba, porque no todo es caer.
Y sí, hay momentos como de dejarse llevar, como de flotar en una atmósfera tibia y amable.
Son pocos. Porque llevo las riendas pegadas a las manos y son parte de mí, como las orejas o los pies o la amígdala de mi cerebro. Controlando, para que no duela.
Pero aún así y por fortuna, existen algunos momentos en que la fuerza desaparece y soy hoja que baila en el viento, sin querer ser nada más, mecida por la paz de lo que no puedo hacer, ni cambiar, ni medir.
Pequeña astronauta en un cosmos cotidiano, simplemente eso, siendo ligera y frágil, navegando el otoño.
Si, me da envidia la hoja... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Besicos, Genin. Gracias por venir.
ResponderEliminar