Bajo mi mano se rinde, se entrega, se confía.
Se abandona tiernamente en la seguridad de mi caricia.
Y sus garras, que si se hundieran en mi piel la harían sangrar, se clavan en el sofá, en una especie de paroxismo del placer.
Con los ojos cerrados, ronronea.
Me hace feliz su felicidad.
El terrible felino muere de amor y yo agonizo un poco.
Sí, los felinos son así , mimosos y mimados.
ResponderEliminarBesos.
Tremendos son.
ResponderEliminarBesicos, Amapola.
¿Por qué vas a agonizar?
ResponderEliminarNo mujer, disfruta de su felicidad, pero sin agonizar :)
Te advierto que mi perrita Pitu hace lo mismo :)
Besos y salud
Genin, es una metafora, jajajajjaaaa
ResponderEliminarQue maravillosos son los bichines, verdad?
Besicos.