Ocurrió el pasado jueves y han tenido que transcurrir unos días para que yo sea
capaz de escribir sobre esto con un poco de orden en el corazón, la mente y las
tripas.
Un montón de muertos (niños también), muchos
heridos, de los que algunos no van a sobrevivir o les quedarán secuelas de por
vida.
Y piensas en la sangre fría y la mala baba de
alguien que es capaz de ir atropellando sistemáticamente a pacificas personas
que pasean, y quieres que reviente, que le peguen dos tiros, que expulsen
inmediatamente del país a todos los musulmanes, árabes, moros y su puta madre,
porque en esta ocasión el terrorismo sí que te duele, porque te han tocado a
los tuyos. Que esa es otra: los tuyos en el corazón mientras algún descerebrado
hace distinciones y dice que hay muertos catalanes y muertos españoles.
Los que perpetraron semejante atrocidad no son
mas que críos. Críos a los que les han lavado el cerebro, que se han criado en
la seguridad de un país no islámico, que no saben lo que es vivir día a día con
el miedo de no volver a ver a tus seres queridos por la violencia cotidiana. Y
claro, lo que nos sale de las tripas es meter en el mismo saco a todos. Pero
luego ves alguna de las imágenes (pocas, porque no puedo verlas) y hay mujeres
tiradas en el suelo, en un charco de sangre, y algunas llevan el velo en la
cabeza, y los niños que lloran a su lado, desesperados ante la muerte de su
madre, es tan niño como cualquier otro, porque el terrorismo mata
indiscriminadamente, porque solo quiere hacer daño y le da igual que los suyos
sean victimas también. Pero, los suyos? Porque hay muchos musulmanes españoles
que gritan que esta gentuza no los representan, que el Islam es amor, que la
guerra santa no es su guerra.
Yo qué se. Detrás de todo esto, sospecho hay más
de lo que nos dicen y nunca lo sabremos. Todos somos víctimas, de una u otra
manera. Y lo más terrible de todo es que, cuando supe que habían abatido a
tiros a los terroristas en Cambrills, me
alegré. Estas cosas cambian el corazón de la gente de paz, sí, porque me sigo
alegrando.
Tal cual, pienso exactamente como tu, no tengo ni una coma que agregar...
ResponderEliminarBesos y salud
Gracias por venir, Genin, un besico.
Eliminar