Caía la nieve en copos enormes, como si quisiera así
compensar su larga ausencia. Un cielo blanco y pesado, con un revoloteo
bailarín y frío. La ciudad tiritaba asombrada. Los coches circulaban despacio,
algunos ya empezando a cubrirse con el color del invierno. Toda la mañana ha
nevado. A mediodía, ni rastro de esa nieve. Como casi todas las cosas que
parecen tan intensas, tan para siempre. Pero no.
:)
ResponderEliminarBesos y salud
Besicos y gracias por venir.
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