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Le pusimos al osito de peluche bajo el sobaquillo una pintura plasti decor. Amarilla.
Ella, muy seria, retiró la pintura y la miró.
Treinta y seis, dijo.
Se dirigió a mi: Qué le parece, doctora yaya?
Yo no sabía si seguir con la revisión del hospitalillo de muñecos acostados en los cojines, o comérmela a besos.
¡Las dos cosas! jajaja
ResponderEliminarBesos y salud
Jajajajajjaaa
ResponderEliminarLas dos cosas, sí.
Bessicos, Genín.