domingo, 28 de febrero de 2010

El chico de mi lado



El chico de mi lado es más alto que yo.
Tengo que alzar la cara para mirar sus ojos.
A veces hombre joven con sonrisa de niño,
a veces niño grande de tamaño de hombre.

Sus labios en mi cara son un todo de azúcar
aunque ahora su mejilla de pelusilla pinche.
Y si le doy la mano se me pierde en la suya,
su mano que me envuelve y ya casi me guía.

Ahora, cuando le abrazo, se inclina y me rodea,
me arropa y me protege como algo diminuto,
le estrecho fuertemente, mi cabeza en su cuello
y sobre mi cabello su voz como un arrullo.

Es este niño-hombre, es este hijo-padre
consejero perfecto de hormonas dislocadas;
júbilo, drama oscuro, sensatez, ignorancia,
absoluto egoísta capaz de dar el alma.

Porque cuando me abraza, se inclina y me rodea
permite que me asome dentro de su ventana.
Yo levanto la cara para mirar sus ojos,
destellos de ternura, arroyo de agua clara.


(Para Diego, otro más)


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viernes, 26 de febrero de 2010

Si alguien llama a tu puerta



Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.

Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.

Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.

Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.


Gabriel García Márquez
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martes, 23 de febrero de 2010

Canto Nupcial




me he casado
me he casado conmigo
me he dado el sí
un sí que tardó años en llegar
años de sufrimientos indecibles
de llorar con la lluvia
de encerrarme en la pieza
porque yo -el gran amor de me existencia-
no me llamaba
no me escribía
no me visitaba
y a veces
cuando juntaba yo el coraje de llamarme
para decirme: hola ¿estoy bien?
yo me hacía negar
llegué incluso a escribirme en una lista de clavos
a los que no quería conectarme
porque daban la lata
porque me perseguían
porque me acorralaban
porque me reventaban
al final ni disimulaba yo
cuando yo me requería
me daba a entender
finamente
que me tenía podrida
y una vez dejé de llamarme
y dejé de llamarme
y pasó tanto tiempo que me extrañé
entonces dije
¿cuánto hace que no me llamo?
añares
debe de hacer añares
y me llamé y atendí yo y no podía creerlo
porque aunque parezca mentira
no había cicatrizado
solo me había ido en sangre
entonces me dije: hola ¿soy yo?
soy yo, me dije, y añadí:
hace muchísimo que no sabemos nada
yo de mí ni mí de yo
¿quiero venir a casa?
sí, dije yo
y volvimos a encontrarnos
con paz
yo me sentía bien junto conmigo
igual que yo
que me sentía bien junto conmigo
y así de un día para el otro
me casé y me casé
y estoy junto
y ni la muerte puede separarme



Susana Thénon


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domingo, 21 de febrero de 2010

L'amapole


Un alfiler de novia clavado en las pestañas
una mosca en los labios
un cubito de hielo por la espalda, eso eres.
Venibésame con esa boca, tonta
“no no no”
que sí, que estás deseando
que mira cómo tiemblas si me acerco
que mira toma y taca taca taca
cómo te cerco con mi abrazo indestructible
y te callas
y apenas si respiras
si te sostienes
y sin decir que sí
ocurre que te beso
que te me das
que me te doy
¿te lo imaginas?
bailarme un tango con tu lengua
mientras tú te conviertes en jineta
en canto de ballenas
en sulfuro de cromo
en Polinesia
y entonces yo te hago
lo del Centauro.
“no no no
(la voz le sale de un Bandoleón
pero es que sí
que sí sí sí
que estoy deseando
que apenas si respiro
que quiero dárteme y que te me des y convertirme en Polinesia
así, cercada por tu abrazo indestructible
que ocurra que me beses
y que me hagas)
lo del Centauro no”


Billy MacGregor
(de su blog Historiadero http://historia-dero.blogspot.com/)
Gracias por permitirme traer aquí tu poema, que tanto me gusta, Billy.
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sábado, 20 de febrero de 2010

Donde el corazón te lleve



Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga del viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular su savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y frutos.
Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.


"Donde el corazón te lleve"


Susana Tamaro




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jueves, 18 de febrero de 2010

Sencillos deseos


Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo
y quisiera besos en la espalda
acurrucos
que me dijeras las mas grandes verdades
o las mas grandes mentiras
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer mas linda del mundo
que me querés mucho
cosas así
tan sencillas
tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero como una gran ola de ternura
deshaciéndome
un ruido de caracol
un cardumen de peces en la boca
algo de eso
frágil y desnudo
como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la
mañana
o simplemente una semilla, un árbol
un poco de hierba
una caricia que me haga olvidar
el paso del tiempo
la guerra
los peligros de la muerte.


Gioconda Belli


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martes, 16 de febrero de 2010

Mi abuelo el pigata


Él hacia de pirata, y yo, con mi "doble fila" de dientes, de tiburón. Mi bocadillo de tocino, es decir, el postre que mi madre me preparaba con media torta de pan y veinte lonchas de tocino de un centímetro de grueso, era el tesoro que el pirata siempre arrebataba al Perro Inglés. La manzana que el médico ordenaba comer a mi abuelo después de la ensalada de lechuga, era el Perro Inglés. Mi abuelo la vencía con su espada, una navaja casera que él mismo había fabricado con un cuchillo roto sujeto con alambre de cobre a un palo de madera; la troceaba en mil pedazos y los arrojaba al tiburón por la borda de su "barco pirata", como llamábamos a la mecedora, en la que pasaba las horas en una calma chicha que terminaba invariablemente en una marejada de balanceos cuando, yo cómplice, le traía la botella de vino que mi abuela, capitana del galeón español "El Asqueroso de tu Abuelo", y beata aficionada a comulgar a todas horas huesos de santo con la sangre de Cristo, transportaba desde el Virreinato de Ultramarinos hasta la Patria del Imperio donde no se ponía el Sol nunca sin que encontrase yo la botella, más o menos llena, cada día.

Yo pensaba que mi abuelo era un pirata doblemente malo: No un parche, sino dos en forma de gafas de sol tapaban su ceguera diabética. Y no una, sino dos patas de palo hubiese necesitado para sustituir las amputadas en sus peores batallas navales, me refiero a la de Panzadas y a la de Cogorzas.

Una vez que enterraba el tesoro en su estómago y bebía el vino para celebrar la victoria, el viejo pirata llenaba su pipa de tabaco picado del Caribe (cubano, o eso decía él), lo encendía y comenzaba a echar humo como en un incendio forestal, y mirando directamente al sol exclamaba mientras se balanceaba como un loco ebrio de vino y gloria:

-¡Hase una note magnífica! ¡Lefulguen las estelas!¡La má se encabita como una mugué fogosa!¡El cacarón enemigo ade en lamas y naufaga!¿Qué má puede deseá un pigata?

Al oír esa especie de contraseña, yo, por arte de magia, dejaba de ser un tiburón, me quitaba su dentadura y decía: "¡Los piños! ¡Los piños!", imitando la voz carrasposa de un loro mientras le entregaba la dentadura al pirata, el cual, se la ajustaba y vocalizando de una manera más normal, cantaba:


El loro del pirata

se llama Cabrón

y le arrancó la pata

una bala de cañón.


Yo bailaba a la pata coja y movía los brazos como si volara, hasta que mi abuelo se cansaba de repetir el estribillo y de balancearse y se quedaba dormido.

Cuando mi abuelo cumplió la edad de noventa y cuatro años me dijo:

- Gambón (me llamaba así porque yo estaba muy gordo y colorado por herencia y cierta vergüenza crónica, ante el mundo y mis circunstancias, que aún hoy en día conservo), no segué goven etenamente. Es hoga de que te ensene mis sequetos.

- No güelo, ahoga no, tenemos que gugá a los pigatas.

- Vamos, Gambón, la dentaguga.

Me saqué la dentadura de la boca y se la devolví. Se la puso y comenzó a hablar con más claridad. Ese día me enseñó cómo se cazan grillos con una caña de pescar y una morcilla de cebo.Pero eso es otra historia.


(del blog Absurdilandia de Locuán)





Gracias por tu permiso para traer a mi casa esta pequeña maravilla que tanto me gusta, Locuán.


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lunes, 15 de febrero de 2010

Premio ELIXIR PARA OLVIDAR - Antiqva


El segundo premio Elixir para Olvidar se lo tengo que envíar, con mi admiración, a nuestro amigo Antiqva. Supongo que conoceréis su maravilloso blog Imágenes y Palabras (es uno de los que tiene y es mi favorito) http://imagenes-palabras.blogspot.com/.


Hay una mezcla de fotografías estupendas con sus textos, llenos de sensibilidad e imaginación. En mi opinión, es un maestro de la narrativa que sabe acercarse a la realidad de la mano de lo que pudo ser, de modo que ya no sé si su historia es auténtica y documentada y si pueden existir ángeles-gatos de piel blanca o sí, en realidad, pudo pasearse por Tebas de la mano de algún faraón.


No dejéis de visitar su casa, os encantará.


Y a tí, amigo Antiqva, muchas gracias por todo lo que nos regalas. Es un privilegio conocerte.




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domingo, 14 de febrero de 2010

Matemáticamente


Matemáticamente
calculando el área de la sábana tersa
hallando el logaritmo más tibio de su piel
no alcanzo a despejar una diaria incógnita:
por qué es exactamente la curva de su espalda
el espacio que queda de valor absoluto
para que yo refugie mis restas y mis sumas
ese encaje perfecto de cuerpo contra cuerpo
la noche compartida
partida para dos.



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viernes, 12 de febrero de 2010

Soy una mujer de largos silencios


Soy una mujer de largos silencios
ya no me interesa discutir con nadie
ni gritarle al mundo lo que no me gusta
ni partirme el alma defendiendo ideas
ni aclarar las dudas
ni corregir fallos.
Puedo estar callada mucho, mucho tiempo
porque es en mí misma donde estoy a salvo
sé que soy difícil, imposible a veces
pero es que prefiero
mi voz a sus cantos.
Nadie sabrá nunca cómo soy por dentro
nadie sabrá nunca todo lo que callo
ni el número exacto que son mis heridas
ni cuántas palabras maté y me mataron
ni si vendí besos y a quién
o por cuanto.
Nadie sabrá nunca cómo soy por dentro.
Esto que te he dicho

trata de olvidarlo.


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miércoles, 10 de febrero de 2010

No pronuncio tu nombre por miedo a ver la herida


No pronuncio tu nombre por miedo a ver la herida
y el golpe de la sangre.
No digo las palabras que debiera decirte.
Te miro.
Te contemplo.
Te observo.
Ojeo las esquelas y el tiempo de las nubes.
Luego digo algo inútil,
mágico,
irreparable.
Digo cosas curiosas como decir:
qué tal, hace calor, te quiero,
anoche he deseado tu cuerpo nuevamente.
Pero nada se oye dentro de las paredes.

Tú me miras inquieto,
decidido,
cobarde.
(Mi corazón empieza a deslizarse
por la suave pendiente de tu pelo.)



Elsa López


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domingo, 7 de febrero de 2010

Inquietud


Yo podría doblar los metales más duros,
arrasar esas playas heridas de palmeras,
podría, sin esfuerzo,
descolocar intensas auroras boreales
y derrotar al cierzo
rugiendo cuerpo a cuerpo;
podría deshacerme como nieve en verano
para volverme río feroz y desbordado;
podría destruirme
por construir mi mundo,
por colocar las piezas
que algún duende ha robado;
podría desatarme los nudos del pañuelo
y amordazar de muerte
bandadas de gaviotas;
podría hacer las cosas más tiernamente duras
porque crece un agujero
de abismo incontrolable
en la parte del alma donde había esperanza;
porque todo me ataca,
tanta es mi inquietud.


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sábado, 6 de febrero de 2010

Yo quiero verte danzar




Me encanta esta canción.

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lunes, 1 de febrero de 2010

Memorándum






Uno llegar e incorporarse el día
Dos respirar para subir la cuesta
Tres no jugarse en una sola apuesta
Cuatro escapar de la melancolía
Cinco aprender la nueva geografía
Seis no quedarse nunca sin la siesta
Siete el futuro no será una fiesta
Y ocho no amilanarse todavía
Nueve vaya a saber quién es el fuerte
Diez no dejar que la paciencia ceda
Once cuidarse de la buena suerte
Doce guardar la última moneda
Trece no tutearse con la muerte
Catorce disfrutar mientras se pueda.


Mario Benedetti
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